viernes, 19 de abril de 2013

Etapas en los 100 metros planos


En carrera, la velocidad de movimientos cíclicos consiste en realizar el mayor número de veces posible un mismo movimiento en una unidad de tiempo. Por ejemplo, una manifestación deportiva de velocidad cíclica son los 100 metros lisos, distinguiendo 5 fases: tiempo de reacción, puesta en acción, aceleración, máxima velocidad y resistencia a la velocidad.


TIEMPO DE REACCIÓN

El tiempo que transcurre entre el inicio del estímulo elicitador (disparo) y el inicio de la respuesta solicitada al sujeto (ejercer presión sobre los tacos de salida). Un tiempo de reacción mayor de 210 milisegundos es pésimo, sin embargo, un tiempo de reacción menor de 130 milisegundos es excepcional.

PUESTA EN ACCIÓN

Es aquella parte de la carrera en la que el corredor despega de los tacos de salida tras el disparo realizado por el juez de la prueba. En esta fase el atleta alcanza entre un 35-40% de la velocidad media en carrera. La colocación de los tacos resulta fundamental, pues diversos estudios indican que los mayores niveles de tensión que producen las piernas ocurren con una flexión de rodilla de entre 112º y 115º (Murray, 1980; Pronk, 1985).

ACELERACIÓN

Se trata de un aspecto diferenciador entre el buen velocista (larga fase de aceleración) y aquel que no lo es (corta fase de aceleración). Se da en los primeros metros de carrera y se extiende hasta los 50-60 metros, está estrechamente relacionado con la fuerza explosiva y con la fuerza máxima dinámica en menor medida.
Es una fase determinante en carreras de alta intensidad y de corta duración. Depende de la técnica de salida, de la acción sobre los primeros apoyos y de la fuerza explosiva que posee el atleta en la musculatura del tren inferior. Está dividida a su vez en dos subfases: una fase inicial en la que domina la fuerza explosiva (donde se implican enormemente los extensores de cadera y de rodilla) y otra fase determinada por la habilidad de desarrollar una elevada frecuencia de zancada.

MÁXIMA VELOCIDAD

Se trata de la fase en la que los parámetros de amplitud y frecuencia de zancada han alcanzado sus valores óptimos. Se da cuando el atleta es capaz de alcanzar los mejores registros en las carreras de velocidad.
El mantenimiento de la máxima velocidad es uno de los principales objetivos del entrenamiento específico de un velocista, procurando que esta velocidad sea lo más elevada posible. Los atletas noveles apenas pueden mantener este nivel de rendimiento por encima de 1.0” – 1.5” de carrera. Con el entrenamiento, el aumento de la velocidad en atletas de nivel inferior se debe principalmente a la amplitud de zancada, mientras que en atletas cualificados el factor determinante es la frecuencia (Tabasnik, 1991).

RESISTENCIA A LA VELOCIDAD

La resistencia anaeróbica también es un factor determinante en el último tramo de la carrera, incidiendo sobre la resistencia específica de la prueba y evitando la caída brusca de velocidad en los últimos metros de carrera.
Cuanto mayor sea la resistencia específica de base de un velocista, mayores serán sus rendimientos sobre distancias superiores. Este hecho permite a muchos velocistas obtener buenos resultados en pruebas de distancias superiores, como era el caso de Carl Lewis, pero que no ocurre en otros corredores, en el caso de lo que ocurría con Ben Jhonson.
Esta fase de desaceleración o resistencia a la velocidad multiplica su importancia en distancias mayores, un 35% en 200 metros y hasta un 55% en los 400 metros lisos. Téllez (1988) sugiere como porcentajes aproximados los siguientes valores para los 100 metros lisos, los cuales obtiene a partir de la duración de cada una de las fases:











3 comentarios:

  1. muy bueno en correr pero para mi es muy complicado correr muchos planos

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  2. ah para mi no es tan complicado pue yo ya gane un concurso en carrera y pues me siento muy feliz de haber ganado.

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  3. he ganado tres medallas de oro y una copa nacional

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